viernes, 25 de febrero de 2011

So sweet.

Y después de todo, es cierto. Cuando menos te lo esperas, cuando piensas que tu vida está perdiéndose y que no puedes hacer nada para cambiarlo, de repente, sucede.
No lo planeas, no lo buscas, llega sin más. Como una sorpresa dulce en el momento adecuado, como que la máquina expendedora te dé dos palmeras, como que te hagan descuento en tu disco preferido, como que te regalen la camiseta que buscabas sin ningún motivo o que te publiquen algo en tu página favorita. No puedes correr detrás de la felicidad, es efímera y la muy tontita, solo llega cuando te cansas de esperarla.

domingo, 20 de febrero de 2011

Untitled


Conocí a un chico que soñaba con meterse en una bañera llena de magdalenas. Sí, no es muy normal, hay quién dice en una piscina de bolas, de chocolate o de caramelos, pero no, él decía una piscina llena de magdalenas.
Nunca logré comprender que pretendía hacer en esa piscina, si comerse las magdalenas o simplemente acomodarse en el bizcocho, que debe ser como una especie de cojín blandito.
Le dije que era absurdo, que las magdalenas se quedaban duras si no te las comías, y entonces ya no servían para nada. Entonces me dijo que la vida era como una bañera llena de magdalenas. Puede que no llegues a comértelas todas, puede que unas se queden duras con el paso del tiempo, y puede que simplemente otras te sirvan de colchón y luego ya no sirvan para nada más. Pero al fin y al cabo, son magdalenas. Y quién sabe, nunca sabrás cuántas magdalenas puedes comerte si no intentas comerte todas las que puedas.

lunes, 14 de febrero de 2011

Winter

Demasiadas mentiras, demasiado rechazo, demasiada añoranza, demasiado consuelo absurdo, demasiadas personas, demasiados recuerdos.
A veces me pregunto porqué las cosas pasan cómo pasan, porque hay decepciones, pérdidas y sueños que se rompen. Me decías ley de vida y yo no quise escucharte, me dijiste no te agarres y decidí no soltarme, me dijiste que era adiós y yo te dije hasta luego. Siempre a contracorriente, siempre fuertes hasta entonces. Puede parecer absurdo, pero daría lo que fuera por mirarme de nuevo en tu sonrisa. Pero ella, como tantas otras cosas, han quedado lejos ahora que todo ha cambiado. Nosotros, los de ayer, ya no somos los mismos. Me miro en el reflejo de mi propia melancolía y no sé lo que encuentro, no sé lo que quiero.
Qué duro, ¿no? Todos tenemos nuestras propias obsesiones, cosas sin las cuales nos falta un pedazo de nosotros mismos, ya sea una persona, un deporte o un instrumento. Y cuando eso está lejos nos sentimos vacíos, sin aire. ¿ Se puede sobrevivir toda una vida sin respirar? La respuesta debe ser sí. Aquí estoy. Viva. Y hace bastante tiempo que no respiro.

domingo, 13 de febrero de 2011

Go on

Cuando no se tiene nada que perder se pueden correr todos los riesgos. Yo ya había perdido lo único importante que había podido tener, y con ese sufrimiento máximo sabía que cualquier dolor no sería nada comparado con ese. Así que no tenía miedo. Podía corres riesgos sin preocuparme.

jueves, 10 de febrero de 2011

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Tal vez hoy no sea nuestro día. Tal vez hoy solo tengamos ganas de llorar y de no salir de casa, tal vez solo queramos meternos en la cama, y refugiados bajo las sábanas soñar que estamos en otro mundo y en otra realidad. Tal vez sea difícil elegir a quién amar, discutir con la persona que quieres o atreverte a decirle a alguien que empieza a ser el centro de tu mundo. Pero tal vez ahí esté la gracia, tal vez la dificultad es dónde radica la chispa de esta vida que a veces se nos antoja demasiado complicada.
Si quieres llorar, llora. Pero luego sonríe. Igual que el sol acaba saliendo siempre después de una noche tormentosa.

martes, 1 de febrero de 2011

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- ¿ Qué necesitas?
- Si te digo la verdad no sé muy bien qué necesito. Hasta que te conocí, creía que mi única necesidad era retroceder al pasado. Ahora has conseguido que eso importe menos, y que quiera echar de menos cuando pase el tiempo el abrazo que puedes darme ahora. Sí, necesito que me abraces muy fuerte, simplemente, que me demuestres que puedo intentar todas esas cosas. Lev dice que algún día haré muy feliz a alguien, y dice que espera que seas tú.
No sé si yo soy capaz de hacer que alguien sonría por mi causa, no sé si puedo hacer que seas feliz. No lo sé y ese es mi problema, porque el miedo y la duda dejan paso a la incertidumbre más compleja cuando me miras.
Me gusta tu sonrisa, tu forma de bostezar cuando estás cansado, las tonterías que dices cuando bebes demasiado, tus comentarios viperinos cuando me descuido o me alejo demasiado, tus chistes sin gracia, tu barba de tres días, lo guapo que estás cuando te pones camisa.
- ¿ Y si me dices lo que no te gusta de mí?
- Esos pantalones de pana. Odio los pantalones de pana, en serio. Pero hay algo que odio mucho más.
- ¿ El qué?
- Que me gustes tanto.