martes, 13 de diciembre de 2011

Storm II


Tomé plena conciencia de lo que estaba pasando cuando me di cuenta de que llovía a mares. En cualquier momento la cajita de cartón se desharía y acabaríamos arrastrados por la corriente. Le abracé con más fuerza y me sorprendí al darme cuenta de que no tenía frío y de que ni una sola gota había calado mis huesos. A mí alrededor todos gritaban, pero nosotros seguíamos allí, juntos, bajo la protección de un puente que protegía nuestra improvisada vivienda y que nos mantenía alejados del gentío que por mucho que intentaba hundirnos con ellos, no lo conseguían por mucho que empujaran con todas sus fuerzas.

lunes, 12 de diciembre de 2011

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Pensándolo bien y con calma, sin precipitarse y sin dejar que el corazón juegue sus cartas que siempre saben ganar, tal vez las cosas sean mejor así. Puede que todo tenga su ciclo, que aquel mechón rubio no pudiera convivir con un rebelde rizo, que fuera imposible que se pudiera seguir adelante después de un golpe tan duro. Y pensar que ya una vez seguimos adelante, a pesar de las heridas, jamás quise irme de tu lado. Sabor a sandía, a libertad, a lágrimas saladas y a esperanza, esperando nuestro momento, el resurgir, el recuperar la felicidad. Pero, ¿a qué precio? Malentendidos, gritos, y las cicatrices vuelven a doler, una y otra vez se trata de seguir, hasta que llega un momento en el que descubres que por mucho que duela, la cruda realidad es que es un suicidio hacer castillos a la orilla del mar. La marea siempre sacude las almenas con fuerza, y las viejas grietas hacen que la arena se deshaga y que al final, dónde un día hubo una gran fortaleza, ya no quede nada.


Si te digo un secreto, todas las noches me acuerdo de ti. Algún el día el tiempo te demostrará que lo que te dije era cierto. Mi perdón fue sincero y nunca quise que dejaras de ser parte de mi mundo. Y aunque ahora mi mundo sea otro, sigo llorando si escucho aquella vieja canción que aún resuena en mi cabeza.

http://www.youtube.com/watch?v=C9T0SHDDsDI