miércoles, 26 de noviembre de 2014

#10

Vivimos rápido,  a veces demasiado. Se nos olvida lo bonito que es saborear cada momento, cada instante, que por pequeño o duro que sea, tiene magia. Pero hay momentos en los que paras, te calmas y te acuerdas de vivir en mayúsculas.  Y es entonces cuando todo se pone en su lugar y te da fuerzas para seguir avanzando al ritmo correcto.

jueves, 24 de julio de 2014

#9

Que el amor es para quien lo quiera, para quien lo sienta, para quien se atreva. Para aquel que no tenga miedo de romperse un poco, de ser vulnerable o de tener una debilidad manifiesta. El amor es para valientes que no tienen miedo de tirarse a una piscina sin saber si está llena o no.  El amor es para los que no tienen miedo a perder, y para los que no tienen miedo a algo que a veces es más difícil, que es atreverse a ganar. Corren malos tiempos para los soñadores le decían a Amélie. ¿Qué es el enamorado sino otro soñador? Corren malos tiempos para los enamorados digo yo, para los valientes que se atreven a desnudar el corazón ante la tormenta sin saber si saldrá el sol. No es tiempo de romanticismo, no es tiempo de amar. Amar duele, y no estamos dispuestos a ello. Por eso nos escondemos tanto y nos resistimos a dejarnos cautivar por una sonrisa que nos barre con fuerza. Pero es que a veces suena tan bonito eso de dejarse llevar y enamorarse de verdad...


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sábado, 28 de junio de 2014

#3

De las dudas infinitas y otras historias de terror.


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lunes, 2 de junio de 2014

#2


Se echan de menos pero no saben decírselo. Y así les va. Insomnio y canciones, curiosa forma de destrozarse lentamente.

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lunes, 26 de mayo de 2014

#1

Si la diferencia hubiera sido menor, si viviéramos en el mismo tiempo, nada hubiera sido tan perfecto como lo que habríamos tenido. 

La vida son eso, miles de condicionales y casualidades. Pero un solo beso. Cuestión de equilibrio, supongo.


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domingo, 20 de abril de 2014

Newspaper.

En aquel momento me di cuenta de que ya no te quería. Fue aquella tarde después del sexo, con The Smiths sonando en la radio y un Lucky Strike en la mano. Me vestí lentamente y salí de puntillas, sin hacer ruido. Te miré por última vez y allí seguías, como sigues eternamente en mi memoria, leyendo el periódico como si solo eso importara. Cerré la puerta y suspiré, a diez mil años luz de ti cuando solo aquel trozo de madera nos separaba. Podía abrirse de nuevo. Llamé al ascensor y tiré la llave. Estaba sola. Pero era libre.


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sábado, 8 de marzo de 2014

#4

Siempre contó los días. Los numeró y los clasificó, algunos incluso tuvo la tentación de enmarcarlos. Otros quiso quemarlos y deseó que jamás hubiesen existido.  Necesitaba hacer el gráfico, descubrir el punto más alto, estudiar la ecuación para poder evaluar el fallo y si no era tarde, cambiarlo. Se durmió entre calculadoras y estudios del mercado emocional, entre corazones parados y otros intactos, apoyada sobre los restos oxidados de aquella historia que a veces era pesadilla y otras sueño celestial...

No supo decir qué pasó aquella noche, solo que al despertar todo estaba en su sitio. No había nada más que buscar, no quedaban fondos para continuar en la investigación. Colgó el cartel de cerrado y comprendió. Hundió las uñas cerca del esternón y lo arrancó sin vacilar. Palpitaba aún, a duras penas y le contó el secreto. No lo  devolvió a su sitio, decidió que era más cómodo. Y así, con un agujero en el pecho a modo de corazón, nunca volvió a temblar de frío por un abrazo. 


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jueves, 27 de febrero de 2014

Sólo luz.

Me pregunté si aún mantenía esa luz capaz de irradiar a los demás. Algo me dijo que no, que el ángel negro que llevaba dentro había acabado con la luz sumiendo mi presencia en una espesa y desagradable oscuridad. Sin embargo rechacé ese pensamiento. La luz seguía estando en mí, simplemente me había convencido a mí misma de que ya no existía y por eso ni yo la sentía ni él reparaba en ella. Sólo tenía que dejarla salir de nuevo, de modo que no sólo brillara, sino que deslumbrara con tanta intensidad que nada ni nadie pudieran hacer que apartara su mirada de aquel centro luminoso que yo volvería a ser...

"Somos sólo luz, personajes que abandonarán la escena y el cuento que ha vuelto a ocurrir... No nos quedan ya finales ni inocencia..."



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lunes, 24 de febrero de 2014

Train.

No era un tren cualquiera, eso estaba claro. No era uno de esos trenes a vapor que tardan tanto en alejarse que si corres en el último momento puedes subirte a ellos en marcha. Para nada. Era un tren de alta velocidad, que arrancaba cuando menos te lo esperabas sin darte la oportunidad de pensarte las cosas o cambiar de opinión. Ahora o nunca, o lo tomas o lo dejas. Me quedé en aquel desierto andén sin entender muy bien qué había pasado, comprendiendo lo mucho que deseaba tomar aquel desvío ahora que era demasiado difícil. ¿Qué debía hacer? ¿Cambiar de destino o cambiar de medio de transporte? O tal vez esperar, una vez más, a que el tren regresara a la estación si la suerte volvía a estar de mi lado...


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viernes, 21 de febrero de 2014

#7

Suena una canción que parece que nunca acabará. La melodía de lo que fuimos y aún somos a veces, cuando nos da por rompernos un poquito, sin que duela del todo. Te quiero violinista. Sigue sonando. Deslizo el arco por las cuerdas, vigilando la afinación de mis caderas cuando pasas tus manos y tirito. Frío, placer y mucho miedo. En eso se resumen las notas que se escuchan las noches tan lejanas en las que hay concierto. La adrenalina corriendo por las venas, las ganas de dejarse caer al vacío sin llegar a tocar nunca el suelo. Magnetismo impregnado de brillo. Un suspiro. Y silencio. 


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domingo, 9 de febrero de 2014

Queen of hearts.

No sé bien si murió de amor o de dolor. Aunque bien pensado era prácticamente lo mismo. Lo encontré allí tirado, inerte, sin mirar a ninguna parte. Destilaba paz. Me tumbé a su lado y me pregunté cómo sería vivir con el corazón muerto.

* * *

Ya está a la venta el libro solidario Cachitos de amor III. El libro está compuesto por una serie de relatos que participaron en el III concurso de microrrelatos románticos ACEN. Además de los 350 escritos seleccionados (entre los que se encuentra Queen of Hearts), los finalistas y el ganador, el libro está ilustrado por imágenes aportadas por AFA (Asociación de Familiares de personas con la enfermedad del Alzheimer y otras demencias de Castellón). El libro puede adquirirse en www.acens.org o en la librería Argot de Castellón. Los beneficios serán donados a AFA (Asociación de Familiares de personas con la enfermedad del Alzheimer y otras demencias de Castellón).

viernes, 7 de febrero de 2014

Untitled.

Somos lo que sobra.
Lo que falta, lo que duele.
Somos la huida, la escapada.
Ardemos.
Molestamos.
Somos.
Simplemente somos.
Y seguimos.
Tú y yo, frente al desastre.
Solos.
Tan juntos.
Tan solos.


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miércoles, 5 de febrero de 2014

Siempre nos quemará París.

Aquel fue el año más importante de mi vida. El año de la mayoría de edad, y el año que me enamoré. Sí, hasta lo más hondo de mi alma, caí en las redes de un amor tan profundo y real que difícilmente podría encontrar reemplazo. Aquel año recorrí por primera vez el trazado de su cuerpo, alimenté mi alma con la dulzura que me inspiraba y supe que desde entonces nada sería igual. Decir que me cautivó es poco. Aquella primera vez fue fugaz, aunque más lo serían las que vendrían luego. Efímeros pero no por ello menos perfectos, cada encuentro era magia pura. Sin embargo yo aspiraba a hacerlo eterno, a que aquel modo de ver la vida fuera mi día a día, a hacer de aquello tan extraordinario lo cotidiano, sin que por ello perdiera un ápice de la luz que me deslumbraba. Sabía que era cuestión de tiempo, no había sustituto posible. Cada día antes de acostarme, soñaba con volver a París y no regresar nunca. 


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