sábado, 22 de agosto de 2015

Caótico tú.


Caótico tú y tu pensamiento. Caóticos tus besos, tus sí pero no, tus pensamientos. Caótico tu caos que busca ahogarme, arrastrarme, destrozarme, hundirme. Pero que en medio de tanto balanceo me eleva, me llena, me inspira, me salva la vida.

Y tú sin enterarte.

Y tú sin comprenderlo.

Y tú sin atreverte.

Y tú.

Y tú.

Caótico tú.

jueves, 6 de agosto de 2015

#21

Pero lo que ella no sabe es que aquel día las cosas fueron raras, distintas, nuevas. Que cuando me viste supiste que tenías que buscarme. Que desde entonces ella nunca será la única. No sabe que te he besado de noche, de día, que compartimos sueños, miedos y viajes futuros. Que un día dejaremos de dar vueltas y nos encontraremos en el punto en el que todo empezó y en el que todo acabará. Porque ella puede ser la que se mete en tu cama, pero yo he sacudido los cimientos dormidos de tus entrañas. Y juego con ellos, los retuerzo, los amo y los temo. Ella no sabe que sabes que yo podría ser la mujer de tu vida. Tampoco sabe que sé que tú podrías ser el hombre de la mía. Pero que no es el momento, el lugar ni la vida correcta. Por eso es ella la que posee tu cuerpo. Pero el día menos pensado me volveré loca y te pediré que me saques a bailar. Y entonces yo seré la única en discordia, la que te destroce y la que te ame. Pero eso será entonces. Porque de momento es cordura lo que corre por mis venas.

#20

No eras "eme" ni ninguna otra canción de las que yo me sabía de memoria. No sabía controlarte ni mucho menos entenderte. Sobraban las palabras cuando lo único importante era morder tus labios y reirme en un éxtasis extraño provocado por la ginebra y la certeza de que ibas a irte en cuanto pudieras. Pero no me importaba en lo más mínimo. O tal vez sí y me importaba de un modo tan profundo que ni sabía ni quería verlo. Así que simplemente me dejaba llevar y te besaba hasta que dolía. Y cuánto dolía...